Una evaluación nutricional reciente sobre los hábitos de alimentación en España revela que, a pesar de lo recomendado, los españoles no tenemos una adherencia significativa a la dieta mediterránea. Eso sí, tal y como ha afirmado el doctor Emilio Martínez de Victoria, catedrático de Fisiología e Investigador del INYTA (Universidad de Granada) y miembro del Comité Científico de la FINUT (Fundación Iberoamericana de Nutrición): «Seguimos conservando hábitos propios de esta dieta como el consumo de aceite de oliva, que nos diferencia de otros países del centro y el norte de Europa».
Una alimentación “mejorable»
La conclusión de los expertos de FINUT se ve respaldada por los datos de un sondeo llevado a cabo por IMOP-Berbés que concluye que casi un 40% de los españoles considera que su alimentación no es buena o podría mejorar. Así, aunque la mayoría de los encuestados son conscientes de los beneficios de una alimentación equilibrada, con reducción del consumo de carnes y un predominio de frutas y verduras, muchos de ellos no la siguen.
El objetivos para los jóvenes: comer más frutas y verduras
Según los resultados obtenidos en la pregunta IMOP-Berbés, un 63% de la población española cree que su nutrición es adecuada, predominando entre ellos los mayores de 65 años, cuyo porcentaje alcanza hasta el 82% en este caso. Por el contrario, casi un 40% de los españoles (en concreto, un 37%) considera que su alimentación no es buena (6%) o podría mejorar (31%). De entre estos dos grupos, un 37% considera que perfeccionarían su nutrición consumiendo mayor cantidad de frutas y verduras, destacando sobre todo los jóvenes de entre 14 y 24 años (que alcanzan hasta un 50%), siendo los que menos apuestan por esta opción los mayores de 65 años (26%).
Otras opciones para optimizar la alimentación
Los españoles encuestados se plantean otras opciones de mejora para su alimentación, como llevar una dieta más completa y variada (19%) o tener unos horarios estables de comidas (17%). También señalan como alternativas para optimizar su alimentación ingerir menos azúcares (9%), comer más pescado (8%), consumir menos grasas (8%) o reducir la cantidad de comida (7%). Otras iniciativas minoritarias son reducir el consumo de comida precocinada, evitar el exceso de sal, comer más productos ecológicos, no saltarse ninguna comida importante del día, masticar despacio los alimentos o aumentar el consumo de legumbres.
Texto elaborado con la supervisión científica del Área Asistencial de Adeslas
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